lunes, 15 de diciembre de 2008

(ESPELEOGÉNESIS : MECANISMOS DE DISOLUCIÓN 1)
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Marius van Heiningen
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INTRODUCCIÓN.
En los artículos anteriores hemos hablado varias veces de una velocidad de disolución de caliza rápida y de una velocidad de disolución lenta, lo que hemos llamado régimen de disolución rápida y régimen de disolución lenta. Resulta que hay un tercer régimen, el de la disolución súper rápida. El agua de lluvia que cae sobre la roca desnuda de caliza, no contiene caliza disuelta, es decir su saturación es 0. Esta agua es al principio muy agresivo y es capaz de disolver la caliza muy rápido, hasta que se agota el sobrante de protones (H+). A partir de este momento entramos en el régimen de disolución rápida. El cambio del régimen súper rápida hasta el régimen rápida, ocurre cuando el porcentaje de concentración esta entre el 30 y el 36 por ciento.
La figura 3 muestra el alcance de los tres regímenes de disolución. El intervalo de 30 a 36 por ciento muestra el cambio progresivo entre la disolución súper rápida y la disolución rápida.

RESUMEN.
Aparte de los regímenes de disolución lenta y rápida, también hay un régimen de disolución súper rápida. La disolución súper rápida es causado por los H+ (protones) ya presentes en el agua de la lluvia, cuando este cae sobre la roca caliza desnuda. Al principio no se puede hablar de una reacción de equilibrio, la solución simplemente usa casi todos los H+ para disolver la caliza. Esta reacción es muy rápida y bajo situaciones naturales, los H+ llegan a escasear después de unos 10 segundos. En la mayoría de los casos el desplazamiento del agua no ha llegado a los 30 cm. Para que la solución sigue siendo capaz de disolver la caliza hace falta más H+, los cuales son liberados por la conversión de CO2 en H2CO3. Esta conversión si es una reacción de equilibrio, lo que quiere decir que solo una parte del CO2 disuelto en el agua se puede convertir. La rapidez de esta reacción determina la cantidad de H+ disponible y por tanto determina también la velocidad de disolución, una velocidad todavía bastante rápida. Mientras más CO2 se convierte, menos queda en la solución disuelto, con el lógico resultado que cada vez se puede convertir menos CO2, lo que explica la progresiva disminución de la capacidad de disolución (figura 3). El cambio del régimen de disolución súper rápida hasta un régimen de disolución rápida suele ocurrir cuando el porcentaje de concentración está entre el 30 y 36 por ciento.
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